ALFA CENTAURI, por Cacallín:
“Cada átomo de tu cuerpo proviene de una estrella que
estalló. Y, los átomos de tu mano izquierda, probablemente, proceden de una
estrella distinta que los de tu mano derecha. Es, verdaderamente, lo más
poético que sé de la física: estás hecho, por entero, de polvo de estrellas.
No podrías estar aquí si esas estrellas no hubiesen
estallado, porque los elementos —el carbono, el nitrógeno, el oxígeno, el
hierro… todo lo necesario para la evolución y la vida— no fueron creados desde el
principio de los tiempos. Se formaron en la caldera de los núcleos estelares y
el único modo de que llegasen a tu cuerpo es que esas estrellas tuviesen el
detalle de estallar".
(Lawrence M. Krauss, Doctor en Física Teórica.
Conferencia, 2009)
(...)
"...Cada átomo de nuestro cuerpo formó parte una
vez de una estrella. Quizá no me esté marchando, quizá esté yendo a
casa..." .
(Gattaca, película de 1997)
(...)
Fuentes cercanas me comunican que José Luis ha llegado
triunfalmente a su destino. Desde un potente radiotelescopio se ha capturado un
audio. La voz se escucha distante, entrecortada y con bastante ruido de fondo,
pero hay un fragmento del audio que se recibe de forma nítida y clara. Y
dice: “(interferencias)...muy bien y en perfectas condiciones, sin deterioro
ninguno. Todo ha transcurrido según lo planificado. Estoy como en casa. En
excelente compañía. Podéis estar tranquilos. Ya sabéis lo mucho que os...”
(interferencias, se interrumpe la señal)...
(...)
El gran Ludovico Einaudi es un compositor italiano,
autor de innumerables melodías para piano. En el 2011 saltó a la popularidad
mediática, por ser el compositor de la banda sonora de la película
francesa “Intocable”. Una película que, por cierto, narra una historia de
lucha y superación, de optimismo, de amistad... Y yo creo que José Luis tenía
esas mismas virtudes y otras muchas más: su carácter afable, siempre
conciliador, ese nunca querer ofender a nadie, ese saber y querer estar en
cualquier evento o contratiempo, esa permanente atención por todo y por todos.
Una persona que hacía familia, que disfrutaba estando rodeado de todos los
suyos, como así, de hecho, quiso estarlo hasta el final. Una persona de esas
que ya no se fabrican. De las que no se olvidan...
(...)
El joven que toca el piano, en la estación de tren de
Nijmegen (Holanda), interpreta precisamente una melodía de este genial
compositor. La particularidad de esta pieza musical, aparte de su belleza, es
justamente el lugar donde la interpreta, una estación de tren, con todo lo que
simboliza. A los pocos segundos de iniciarse la melodía se escucha el paso de
un tren y un ruido ensordecedor enmudece, por unos instantes, el sonido del
piano. Y yo creo que un tren parecido a ése es el que habrá cogido José Luis.
No un tren cualquiera, lógicamente. A buen seguro habrá cogido un tren de alta
velocidad. Probablemente un AVE. Un AVE especial, con la marca “ygriega”.
Un AVE... con rumbo directo hacia las estrellas!...
NOTA:
Un beso muy fuerte a todos los Durio, y en especial a
Mamen. Su serenidad, su cariño y su entrega nos han eclipsado a todos. Si
tuviera que equipararla con una estrella, sin duda, para mí, sería la “Alfa
Centauri”. Desde la antigüedad se ha considerado como una única estrella pero
si se observa con ayuda de un telescopio, en realidad, se trata de la
superposición de dos estrellas brillantes de un sistema de tres. Por tanto, no
es una única estrella, realmente es un sistema estelar.
La superposición de dos estrellas brillantes, sin
saber a simple vista, cuál es la que brilla más. ¿Acaso no resulta paradójico?
Alfa Centauri: un sistema estelar, un equipo estelar,
o simplemente... Los Durio!!
CONTADORES Y
NOMBRADORES, por Gonzalo:
Hay una raza de hombres y mujeres que se dedican
a contar estrellas. Gustan especialmente de las noches sin luna, donde las
estrellas lejanas son más fáciles de reconocer. Los contadores de
estrellas están dispersos por todo el mundo, viven en unas extrañas casas, como
gurumelos gigantes, y se comunican entre ellos en un lenguaje numérico, lleno
de signos indescifrables, aunque al hablarlo suena como a poesía.
Disfrutan cuando, en una de esas noches sin luna,
encuentran una nueva estrella, entonces hacen fiesta hasta el alba. Después
llaman los nombradores de estrellas, y le cuentan su hallazgo. Estos
curiosean en sus enormes libros un buen tiempo, hasta que encuentran un nombre
que no está usado, para bautizar a la nueva estrella.
Ellos, los nombradores, no hacen fiesta. Son gente más seria. Anotan cuidadosamente el nuevo nombre, y guardan celosamente sus libros, enormes libros que pasan de generación en generación, y donde están recogidos todos los nombres de todas las estrellas que se han contado y nombrado desde que decidimos contar y nombrar las estrellas.
Nombradores y contadores tienen, también desde hace mucho tiempo, una discusión permanente. Aunque se ven con frecuencia y hablan largamente del tema, aún no han conseguido ponerse de acuerdo. De todos es sabido, no por sabiduría natural, sino porque estos extraños seres nos lo han contado una y otra vez, que cuando miramos al cielo de noche hay estrellas que, aunque las vemos, ya no están. Nos dicen (y habrá que creerlos, no es cuestión de ir allí a averiguarlo) que esas estrellas desaparecieron hace meses, quizás años, pero la luz que emitieron antes de desaparecer viaja todavía por las galaxias, y por eso podemos verla.
Ellos, los nombradores, no hacen fiesta. Son gente más seria. Anotan cuidadosamente el nuevo nombre, y guardan celosamente sus libros, enormes libros que pasan de generación en generación, y donde están recogidos todos los nombres de todas las estrellas que se han contado y nombrado desde que decidimos contar y nombrar las estrellas.
Nombradores y contadores tienen, también desde hace mucho tiempo, una discusión permanente. Aunque se ven con frecuencia y hablan largamente del tema, aún no han conseguido ponerse de acuerdo. De todos es sabido, no por sabiduría natural, sino porque estos extraños seres nos lo han contado una y otra vez, que cuando miramos al cielo de noche hay estrellas que, aunque las vemos, ya no están. Nos dicen (y habrá que creerlos, no es cuestión de ir allí a averiguarlo) que esas estrellas desaparecieron hace meses, quizás años, pero la luz que emitieron antes de desaparecer viaja todavía por las galaxias, y por eso podemos verla.
Y aquí viene la discusión. Porque los contadores de estrellas defienden que, mientras la luz se vea, la estrella existe. Que la luz es parte de la estrella, que su trabajo le costó emitirla, y que no es justo olvidar la estrella mientras hay un rastro de ella vagando por esas galaxias.
Pero los nombradores de estrellas, más serios, pretenden dar de baja la estrella en cuanto desaparezca. Tal vez su celo se deba a la dificultad de encontrar nuevos nombres, y a lo útil que sería disponer de todos esos nombres de estrellas que ya no están. Así que, cuando descubren alguna estrella desaparecida, acuden diligentes a sus enormes libros, y tachan el nombre con una mina negra. Claro que los contadores ponen mucho cuidado en no comunicar a los nombradores estas desapariciones, y hacen unas listas secretas que sólo conocen ellos.
Estas historias se cuentan, sobre todo, en las noches sin luna, tumbado boca arriba bajo un cielo estrellado. Y uno no puede evitar, viendo la luz mortecina de algunas estrellas, pensar que tal vez ya no esté, que tal vez desapareció hace años, aunque su luz siga viajando a través del espacio, que tal vez no hay más que una intensa luz que seguirá posándose en otras retinas, en este y otros planetas lejanos, durante mucho tiempo.
Mientras, contadores y nombradores seguirán haciendo listas secretas y tachones con la enorme mina negra. Pero, a fin de cuentas, sus discusiones nos importan poco. Porque a los que sólo tenemos nuestra ignorancia, la única verdad posible es la de nuestras retinas. Y ellas nos dicen que, allá en lo alto, en las noches hermosas sin luna, brilla la luz de una estrella.
HASTA MÁS VER, por Jose:
Aunque tuve la oportunidad de decirle cuanto
quise decirle antes de que todo pasara, la sensación de estar fuera de lugar
aquí, mientras él se moría me persigue por los rincones de Tailandia.
De todas maneras, os contaré que mientras él se
moría, mientras Jose subía a ese tren, la casualidad (o no) me tenía y me
mantenía a muchos miles de kilómetros de distancia. E inevitablemente,
ese funesto tren pasó cuando estábamos mirando un cielo increíble en una aldea
remota de una tribu del norte de Tailandia, y después de varios brindis que solo
tenían un destinatario.
Cuando, de cuando en cuando, nos arropa la noche
en mitad de la naturaleza y nos convertimos en niños asustados ante la magnitud
de las galaxias, buscamos consuelo en las certezas que nos rodean. Claro,
pensamos que esas estrellas siempre están ahí, si por siempre entendemos una
montaña de años que no seré capaz de abarcar. Sabemos también que nunca las
vemos, ya, porque hemos decidido cambiarlas, a las estrellas, por farolas y
neones y cosas peores. Cualquiera sabe para qué hemos renunciado a ver a
nuestras estrellas.
Esa noche
aquí, que fue tarde allí, lejos de tanto, mirando arriba vi todas las estrellas
y parecían muchas. Más que nunca, tal vez porque había un sistema, Alfa
Centauri, que luchaba por mantenerse así como nos han contado, unión de
dos estrellas superpuestas (en un sistema de tres) que no quieren dejar de
brillar juntas. Y, ahora sé, con seguridad, las demás estrellas miraban
fascinadas el espectáculo sorprendente.
No me di cuenta entonces aunque sabía sin saber, como a veces se saben las
cosas, sabía, pues, que estaba pasando; pero al regresar a la cuidad de Chiang
Rai y conocer (¿confirmar?) que el tren con destino a Alfa Centauri había
partido, pensé que tal vez esa noche anterior (tarde allí) estaba viendo algo
más que un cielo estrellado.
Sé ahora, que quizás todos los que conocimos a este hombre hecho de estrellas
hayamos compartido, poéticamente, un tiempo que nos pertenecía o no, pero por
el que él luchó con inusual valentía. Por su tiempo y por compartirlo con nosotros.
Leyendo, embelesado, a mi querido primo Cacallín
ya no me quedaron dudas. Resolví en un momento el extraño fenómeno y comprendí
que un piano, un tren, dos estrellas y una igriega, y el brillo increíble de
una noche asiática, me habían permitido despedir a un héroe como los héroes
merecen ser despedidos: en respetuoso silencio y mirando al cielo. Mirando el
cielo.
No siempre las despedidas son tristes. A veces
quien se marcha cambia el tono y permite que los adioses sean tranquilos y
llenos de sincero cariño. Y después, cuando está todo dicho, sube al tren y
marcha.
Con destino a Alfa Centauri. Alfa Centaury. Conigriega.
La última vez que lo vi (si excluyo la noche
estrellada) le dije, algo así como, "bueno pues... Esto es una despedida
de las de verdad, así que hasta..." Y no habría sabido nunca como terminar
esa frase. No importó, él, mi querido tío, compañero y maestro, como siempre
supo arreglar el entuerto en el que yo solito me había metido y dijo en un
guiño genial: "hasta más ver". "Hasta más ver" repetí con
una sonrisa enorme llena de lágrimas invisibles.
Pues eso,
hasta más ver.
CRÓNICA DE SU ÚLTIMO VIAJE, por Tere
No sabemos bien cuando se empezó a gestar su
último viaje...quizás algo más de 2 años...a saber...pero lo hizo en
silencio...no quería dar pistas...ponía su mejor cara y cambiaba de tema...Para
seguir viviendo mientras se fraguaba su gran último viaje...
Viaje que hizo rodeado de los que más
quería...porque fueron siempre sus mejores compañeros de viajes...y de la
vida...
Quiso viajar siempre con una compañera que le
cogió la mano y no se la soltó hasta el final...y es que es una compañera
excepcional...adorable.
Viaja también con 4 geniales compañeros que lo
rodean...le acarician...lo miman.....lo dejan todo por estar ahí...y lo dejan
porque saben que es donde quieren estar...acompañándolo en cada viaje y sobre
todo en este último.
Además hay 3.0 compañeritos que en la distancia e
inocencia lo acompañan siempre de la mano… y eso si que es un gran chute de
energía...
Lo más sorprendente es que no dejan de
sonreír...aunque el destino del viaje ni el momento sea el deseado por ninguno
de ellos...pero es que es un viaje que necesita sonrisas, apoyo y valentía...y
de todo eso van sobrado los 5...ya que un gran héroe con un gran súper-poder
les enseñó que eso era lo más valioso e importante de la vida...
Como todos los viajes nunca queremos que
acabe...y se aferra a que termine...y en silencio pide y lucha por un día más
de viaje...y otro más...y más tiempo para disfrutar con los suyos....
Pero hay más, muchos más que quieren
acompañarlo...esos 4...que desde la infancia lo vienen haciendo y siguen
disfrutando de su compañía como cuando eran pequeños...y 2 más que por suerte
para ellos reiniciaran sus viajes ahora en teodosielo.
Y muchos más....2.0, amigos, compañeros… todos
saben que viajar con él siempre ha sido un lujazo...Y en este último no puede
faltar nadie...él no quiere. Le encanta estar en buena compañía...
Son muchas las crónicas de grandes viajes las que
constatan que fue feliz este viajero… feliz gracias a ella...y a ellos...y a
otros muchos a los que les enseñó sus súper poderes...y les enseñó lo
maravillosa que es la vida si la vives como él...con ganas, alegría y sin
quejas por los contratiempos...con fuerza, ganas de luchar....con amor.
Hasta aquí llegaron sus viajes...Y eso nos apena
mucho....porque realmente queremos seguir viajando con él...
Pero ya sabemos que seguiremos viajando…y
tendremos que hacerlo como él lo ha hecho siempre...sin temer a nada...
Y siempre, siempre escribiendo una bonita
crónica....
Seguro que ya tiene escrita la de su último
viaje.
Te querremos siempre....compañero de viaje.
YA DESPUÉS IREMOS VIENDO, por Edu:
La teoría de la
Relatividad dice a muy grandes rasgos que las leyes físicas se transforman
cuando se cambia el sistema de referencia. Yo no sabía que las teorías se
veían, pero lo cierto es que la he visto actuar, a esta teoría, durante todo el
año y sobre todo las últimas semanas. He visto cómo las dimensiones cambian,
cómo el espacio y el tiempo no son absolutos, sino relativos. Cómo una
distancia de diez metros se transforma en diez mil, y cómo un tiempo de cinco
minutos se transforman en treinta. He visto cómo una actividad simple, rápida,
se transforma en compleja y lentísima, y en definitiva he visto cómo lo
habitual se transforma en imposible. Y todo por el cambio en el sistema de
referencia. El mío, yo mismo, un sistema de referencia con disponibilidad de
oxígeno en mis pulmones sigue respetando las leyes físicas habituales. Un
segundo para el resto es más o menos un segundo para mí, un metro para el resto
es más o menos un metro para mí. Aunque sea Durio y el gen Durio nos haga un
poquito más lentos, lo acepto. Pero si cambiamos el sistema de referencia, y le
vamos quitando capacidad pulmonar, y le ponemos toses recurrentes, y el oxígeno
llega cada vez con más dificultad a la sangre y de ahí menos a los órganos, el
sistema de referencia cambia, y con ello las leyes físicas. Los metros ya no
son metros, ni los segundos, segundos. Ahora el metro se alarga, primero son
dos, después cuatro, después dieciséis, y así en progresión geométrica cada día
las distancias se van convirtiendo de cercanas a lejanas, de un pequeño paseo a
un maratón. Y el tiempo, el tiempo también se alarga, en la misma o en mayor
proporción. Lo que antes se tardaba un segundo ahora se tardan dos, y con el
paso de las horas y los días, pasa a ser cuatro, o dieciséis, o doscientos
cincuenta y seis. Lo que se hacía en cinco minutos pasan a ser treinta. La casa
se hace más grande, como un campo de futbol, y ya ir a la cocina es como llegar
a la otra portería.
Y todo por el
oxígeno. Una partícula minúscula que es capaz de producir tanta energía para
hacer tantas cosas, y que su defecto hace que ese tiempo y espacio se expanda
hasta niveles infinitos. Ahora aprecio muchísimo los movimientos, los míos
propios. Estoy sentado y me levanto, y no me pasa nada, y lo hago en un
segundo, pero para él lo era todo, y lo hacía en minutos, con sufrimiento
máximo. Es la misma cosa, levantarse, pero es distinta cosa para los dos. Yo
tengo oxígeno, y él no. Puta mierda de la química, por una cosa tan pequeña. Para
mí no era importante, no pensaba en ello, el oxígeno era como el agua para un
pez, no me daba ni cuenta. Ya lo dijo Foster Wallace, cuando contaba el chiste
de los peces, en el que un pez le pregunta a otro cómo está el agua, y el otro
responde “”¿qué agua?”. Para mi padre de repente el oxígeno, esa agua para el
pez, pasó a ser algo.
Yo tengo sed y
cojo un vaso lo lleno de agua y lo bebo. Él no podía coger la botella y hasta
sostener el vaso era un suplicio, e incluso sorber por la pajita era comparable
a cuando yo salgo a correr diez kilómetros. Los centímetros se hacen inmensos,
los segundos eternos. El simple hecho de respirar se vuelve un martirio, como
si fuese un émbolo antiguo que no sube y baja bien, que roza por todas partes y
chirría y hace que requiera un esfuerzo mayor para moverlo. Ahora sé de qué
murió el rey malo de Braveheart, ese cabroncete que escuchaba de boca de Sophie
Marceau que su nieto realmente no sería su nieto sino el hijo de William
Wallace. ¿Os acordáis cómo sonaban sus pulmones? Pues eso es la fibrosis
pulmonar. Ya no es un movimiento inconsciente, sino que requiere de toda la
consciencia, de unas órdenes expresas del cerebro que le ordena a unos pulmones
gamberros que se muevan como es debido. Y esos pulmones acaban moviéndose, pero
produciendo un ruido incesante, una sensación de agobio extrema. Cada
inspiración es un mundo, una lucha continua contra lo imposible. Pues imposible
se vuelve una palabra cada vez más cercana. Como cuando en una carretera recta
es ya visible al fondo una gasolinera. Como esa carretera recta de Tarifa en la
que unos días antes de su boda estuvo a punto de dejarse la vida y estas
palabras nunca habrían sido escritas. Pues así va estando la palabra
“imposible” cada vez más cerca. Era posible pasear, hasta que fue imposible;
era posible hacer labores de casa, hasta que fue imposible; era posible hablar
sin toser ni ahogarse, hasta que fue imposible; era posible comer con
regularidad y ganas y sin problemas de atragantamiento, hasta que fue
imposible; era posible sorber por una cañita, hasta que fue imposible. Ha sido
una batalla descompensada entre él e Imposible. Mientras observo cómo se expande tan poco su
pecho con cada respiración y soy consciente de cómo ese puto Imposible va
adueñándose de él, recuerdo que esos mismos pulmones le hicieron moverse con
rapidez y sin descanso a recoger la mesa y fregar los platos, a tender, a
ordenar la casa, a preparar viajes, a ir, en ellos, de aquí para allá, un
museo, una estación, un tren, un hotel, un paisaje, un monumento, vamos que no
llegamos, corred que cierran, tanto cuando todo era en blanco y negro como en
color. A tener miles de motivaciones y proyectos siempre con nosotros. En
definitiva a estar en TODO y CON TODOS.
Lo Imposible
terminó con eso. Lo Imposible es muy poderoso, es tremendamente fuerte, y mi
papá no pudo, ni sólo ni con nuestra ayuda, vencer al gigante. No pudo frenar
la expropiación injusta de sus cuatro dimensiones, haciéndoselas inabarcables.
Anchura, altura, profundidad y tiempo, todo se alargó, de todas se adueñó lo
Imposible.
Y la situación
se complica ahora con un nuevo factor que entra en juego, la Pena. La Penita de
ver cómo eso ocurría, cómo no se podía hacer nada. El oxígeno deja de inundar
sus pulmones, las fuerzas decaen, las dimensiones se hacen más grandes y la Pena
aumenta hasta niveles estratosféricos. Esa Pena te hace pensar cosas absurdas. “Puto
Imposible, ven a mí, enfréntate conmigo y deja a mi padre en paz, cobarde. Ven
aquí que te vas a enterar de lo que vale un peine”. Cosas en las que, dentro de
la absurdidad, incluyo algo de coherencia: “Quizás necesite ayuda cuando tenga
delante a lo Imposible. Bueno, yo lo cojo por detrás, le agarro por los brazos
y le digo a mis hermanos que le peguen con todas sus fuerzas en el estómago. Como
parece muy fuerte se lo diré también a mis primos. Como creo que el cabrón es
fortísimo, se lo diré a todos mis amigos. Pegad fuerte, tumbémoslo. Venga, al
carajo, Imposible”. Y en eso pienso cuando miro de reojo hacia atrás en el
funeral. “Con toda esta gente habríamos podido ganarle, lástima que no se me
ocurriera antes”. Pero ante todas estas absurdeces hay una única pregunta que hace
que se adueñe del cerebro. Esa pregunta lleva repitiéndose desde hace dos años
sólo que ahora se ha transformado, como decía la Relatividad al cambiar el
sistema de referencia, pasando de “¿qué pasará cuando?” al “¿y ahora qué?”.
Y ahora qué.
Yo he hablado
con ella, con la Pena, la única que queda tras le victoria de lo Imposible, y
he calculado que sólo tendrán que pasar 50 millones de años hasta que logre
superarla, así que nos hemos dado la mano como si hubiésemos cerrado un pacto.
Durante todo ese tiempo te mantendré, papá, en mi cabeza. Seguiré esa dirección
que nos señalas. Ya después iremos viendo.

PESADILLA, por Popi:
estos dias que han pasado tenia la esperanza de que
fueran fruto de una cruel pesadilla... confiaba despertarme de repente
envuelto en un frío sudor y sobresaltando de la cama de un agudo grito a
Cristina... sin embargo cada vez me era más dificil creer firmemente en
ello... pues en los sueños las figuras, el espacio, y el tiempo se
distorsionan... en cambio yo seguía recordando impepinablemente escenas
en esa habitación 613, anterior 617... y veía a un trío de 1.0 pegados a
un minúsculo sofá, o a las Mari Pazes llegando las primeras a la hora
del desayuno a acompañar a nuestro héroe... o a mis 2 primo-primos
discretamente situados en la esquina de la habitacion, y escuchaba el
elevado tono de voz de mi prima mari contando alguna novelita, y oía
historias de la familia de boca del tio ricardo.... y recuerdo
perfectamente las caras, gestos, risas, y palabras de todos y cada uno q
abarrotabais la 613... y veia la cara de disfrute de papá, que a pesar
de que conocía perfectamente donde conducia su sino, reía, hablaba,
bromeaba, y discutia (sobre todo con tio salva) gracias a vuestra
continua compañia y cariño... y entonces me fui dando cuenta de que no
estaba viviendo una pesadilla... sino el final de un maravilloso cuento
hecho vida de una persona única, un héroe indiscutible, que tuve la
inmensa suerte de tener cerquísima durante más de 42 años... gracias
inmensas a tod@s por acernos pasar estre trance mucho mas llevadero...
todas las noches papá nos despedía diciendo "mejor compañía no
hay..."... y qué razón tiene... os quiero, mis queridisimos ygriegas!!!!
Ya estamos tardando en organizar una parodyada veraniega en honor de otro insigne 1.0 que se nos marcha...
Como
decía prima Maca, menuda alegría tendrá en Teodosielo la tía Nena...
que ya tiene a su hermanísimo en su sillita de al lado...
HÉROE, por Willy
Hermano, no has podido describir mejor
estos 7 dias. Ahora pensaba que han sido dias duros, muy duros, para
todos nosotros, pero sobre todo para el, viendo que cada dia era mayor
su deterioro (palabra que le gustaba mucho a el). Sin embargo me quedo
con eso que cuentas, popi. Ha sido una semana muy bonita, preciosa,
maravillosa, cómo se emocionaba con cada visita para pasar
inmediatamente al charloteo y el buen rollo; qué bien nos han atendido
el personal de paliativos; que buenos picnic hemos echao; qué de abrazos
y besos se han repartido en la 617 y 613.
Como
bien dijo mi padre, con esta compañia es dificil deprimirse. Sigamos
asi!!!! Que orgulloso estoy de ser parody y conigriega. Gracias gracias
gracias!!!
Y como dice la cancion: ...por siempre...seras...MI HEROE!!!!
Y
otra cosa q tb vi perfectamente y que no podria ser parte de ninguna
pesadilla son dos manos eternamente unidas la una a la otra, en continuo
vaiven a la mejilla de uno o a los labios de otra... dos manos que
hablan de un amor imperecedero entre un Héroe y una Heroína que para si
quisieran Batman y Catwoman....
Te quiero mucho, mamá!!!
No hay comentarios:
Publicar un comentario