jueves, 19 de julio de 2018

Palabras a papá (Tío José Luís)






Si algo ha definido a papá en su vida es la palabra SIEMPRE. Cuando éramos pequeños y en el colegio se solicitaba a algunos padres a llevarnos a alguna excursión en coche, ahí se ofrecía papá a llevarnos en su R12 familiar, para gusto nuestro y de todos nuestros amigos, que flipaban con ir en la parte de detrás liándola…aquí habrá alguno que lo recordará; si había que limpiar la alberca de la María, en Puerto Real, donde veraneábamos, ahí que llegaba papá y se ponía a limpiarla con un ejército de enanos que éramos entonces. También habrá por aquí algunos que lo recordarán; si llegaba la época de la Renta, ahí que te llamaba mi padre para recordarte si la habías hecho ya o si necesitabas ayuda (o te la hacía directamente); cuando te tocaba la ITV te enterabas antes por mi padre que por la carta de la misma ITV que tenías que pasarla en breve; a la hora de mudarnos, no sabías cuántos te iban a ayudar a trasladar los bártulos, pero estabas seguro que al menos uno iba  a estar allí, él, bajando y subiendo cosas cuando sus fuerzas lo permitían, o cuidando el coche lleno mientras descargábamos cuando sus fuerzas no eran muy grandes; si pensabas hacer algún viaje, si mentabas la idea de un destino, aunque no lo tuvieses aún muy claro, al día siguiente te llamaba con un montón de información de ese lugar y ofreciéndote cualquier ayuda económica que necesitases para ello. Papá se caracterizó por fomentarnos nuestra actitud viajera, pues nunca nunca nunca nos dejó de ayudar a la hora de viajar, ya fuese cerca o lejos, ya fuese a un camping, a un concierto, a Salerno o a Nicaragua. Te podía poner peros a la hora de comprar cosas, pero nunca a la hora de comprar viajes. Ahora se dice mucho eso de que vivamos experiencias y nos dejemos de historias de comprar muchas cosas, pero mi padre lleva diciéndonos y promoviéndonos eso desde hace cuarenta años. La vida son cosas que pasan, parecía decirnos, no cosas materiales. 




Igual que para nosotros estuvo SIEMPRE ahí, SIEMPRE que le necesitábamos e incluso un segundo antes de que lo necesitásemos, también se comportó igual con su familia grande, con sus hermanos, hermanos políticos y sobrinos. Poníamos en la esquela que papá fue padre para todo y para todos, pues así seguro que lo reconoce toda nuestra familia grande, y meto en esa familia grande también a algunos a los que no nos une el apellido sino las vivencias. SIEMPRE trataba de organizar encuentros entre nosotros, SIEMPRE aparecía cuando otros familiares tenían problemas de cualquier tipo para echar una mano a quien lo necesitase, SIEMPRE disfrutaba estando y teniendo a su familia alrededor. Incluso cuando ya hablar le costaba.

SIEMPRE, y a pesar de todas las enfermedades que pasó, y en cualquier estado de salud que se encontrase, hacía acto de presencia donde se le requiriese. Papá amaba la vida… y la amaba a pesar de las puñaladitas que ella le puso por el camino. La amaba intensamente y luchaba contra esas adversidades de manera tozuda y obstinada. Le hemos visto aparentar que estaba bien en sus momentos más delicados y en nuestros recuerdos más infantiles cuando llegó, vio y venció al Linfoma de Hodgkin; le hemos visto sobrellevar las largas jornadas de sus primeras operaciones de cadera, cuando pasaba semanas e incluso meses enteros ingresado en habitaciones de tres personas sin poder moverse mientras cicatrizaban las heridas; le hemos visto cuando aparecieron las primeras toses tratando de calmarnos a todos asegurándonos que todo estaba bien; le hemos visto cómo a eso se unía la rotura de costillas casi cada mes que le producían dolores terribles y despertares imposibles; le hemos visto afrontando con fuerza el susto del aneurisma, y el otro susto penúltimo en la Clínica de Fátima; le hemos visto estos últimos meses, estas últimas semanas, cómo enfrentarse a lo inevitable, con qué entereza…“Mi cuerpo quiere tirar la toalla, pero mi cabeza y mi corazón no lo permiten…” nos decía cuando veía avecinarse lo que algunos consideran “el final”…. Siempre pensando antes que en qué era lo mejor para él, qué era lo mejor para nosotros. “Creo que hemos hecho bien viniendo aquí, ¿no? Así vosotros tenéis más ayuda”, decía cuando ingresamos en Virgen del Rocío.


Papá nos dio muchas lecciones en vida. Pero una de las más grandes que nos enseñó fue su despedida. Saber irse. Saber decir adiós. No lo pudo hacer mejor. Se fue demasiado pronto, y algo rápido, eso es cierto… pero lo hizo a su manera… Valiente, sereno, dulce e incluso simpática… la habitación 613 de paliativos, fue un hervidero de gente las 7 jornadas que papá estuvo allí. Rodeado de familiares, y amigos. A papá eso le encantaba. Y los muchos que nos acompañasteis sois testigos de sus jocosos comentarios en medio de cualquier debate que se abría. Para desesperación de las enfermeras se quitaba su máscara de oxígeno para dejar claro su punto de vista sobre cualquier tema, logrando unas carcajadas incomprensibles para los funcionarios sanitarios en las circunstancias en que nos encontrábamos. “Seguir aquí, no os vayáis todavía”, creo que ha sido una de las frases más escuchadas en aquella habitación. En todo momento asido su mano derecha a las manos de mamá (o a sus mejillas) y la izquierda a la de alguno de sus hermanos o hijos o sobrinos o amigos o amigos de sus hijos o incluso de alguna enfermera. Se fue luchando, como hizo toda su vida. Intentando inspirar hasta el último mililitro de oxígeno que sus pulmones le permitieron hasta el último segundo. No se quería ir. Eso lo dejó bien claro. No creía que fuera su momento. Y es cierto que no lo era. Se merecía más viajes, más reuniones familiares, más días de playa, más tardes de nietos, más discusiones estériles, más noches de reyes, más viernes de dolores, más paseos con mamá… se merecía hasta más títulos de su Betis… ahora que se había acabado de jubilar y que hasta le habíamos encontrado un hobby con los crucigramas… con lo que nos costó buscarle uno… Pero el caso es que, como él nos dijo, su cuerpo no podía aguantar más… 



Le hemos visto fuerte, positivo, duditativo, y en los últimos momentos le hemos visto de muchas formas, cuando era consciente de lo inevitable, pero siempre una por encima de todas: lo hemos visto con coraje. Coraje al soportar lo insoportable, y otro coraje distinto también, el coraje que le daba irse. Hemos visto en esos ojos y en esa expresión carente de oxígeno y falta de fuerzas sus ganas enormes de quedarse, de no irse. Cada vez que miraba a mamá o nos miraba  a nosotros, cuando nos agarraba la mano diciéndonos tanto, o cada vez que aparecía una visita inesperada, parecía como si fuese consciente que alguien le estaba cerrando una puerta, y él no quería, trataba con todas sus ya pocas fuerzas de mantenerla abierta y se derrumbaba al comprobar que no podía con ella. No quería irse porque dejaba de ser SIEMPRE, y él no quería dejar de ser SIEMPRE. No quería irse porque lo que él quería era seguir con su Mamecita, con sus hijos y nietos y con su familia. Quería seguir siendo FAMILIA.




Y es que eso es lo que nos ha enseñado papá. Papá es la definición más completa de FAMILIA que hemos encontrado nunca. Para él lo primero SIEMPRE fuimos nosotros. Para él la enfermedad era una situación con la que convivir y que no podía, hasta que no tuvo más remedio, condicionar su vida. Para él conocer el mundo y vivir experiencias era requisito indispensable para entender la vida. Papá nos enseñó cómo querer a una Familia, cómo enfrentarse a la Enfermedad y cómo distraerse con los Viajes.

Nosotros te seguiremos sintiendo en tu sillón azul del salón, de espaldas al balcón. En ese sillón por el que ya tus nietos hacen turnos para sentarse. Te seguiremos sintiendo porque dejaste mucho tuyo en muchos de nosotros  

La principal preocupación de papá, por no decir la única, y que nos repetía una y otra vez a sus hijos en estos últimos días, era por Mamá… No te preocupes, papá, que queda en buenas manos… que gracias a ti, a ella, a Dios, a la suerte o al destino, formasteis una familia en la que, cual mosqueteros, somos “todos para uno, y uno para todos”.

Ahora miramos esta iglesia repleta de gente, y lo agradecemos enormemente pues sólo podemos imaginar que a mi padre le habría encantado estar aquí, le habría gustado coincidir en el mismo lugar y momento con su Mamecita, con sus hijos y nietos, con sus hermanos, sobrinos, amigos y amigos de sus hijos. Con todos vosotros que habéis venido y que nos habéis demostrado estos días cuánto le apreciabais.

Le habría encantado estar aquí y simplemente disfrutar del momento. A nosotros también nos habría encantado.                 

PAPI  POR SIEMPRE SERÁS NUESTRO HÉROE.

Muchas gracias a todos por venir, por estar…


Tío José Luís





ALFA CENTAURI, por Cacallín:

“Cada átomo de tu cuerpo proviene de una estrella que estalló. Y, los átomos de tu mano izquierda, probablemente, proceden de una estrella distinta que los de tu mano derecha. Es, verdaderamente, lo más poético que sé de la física: estás hecho, por entero, de polvo de estrellas.
No podrías estar aquí si esas estrellas no hubiesen estallado, porque los elementos —el carbono, el nitrógeno, el oxígeno, el hierro… todo lo necesario para la evolución y la vida— no fueron creados desde el principio de los tiempos. Se formaron en la caldera de los núcleos estelares y el único modo de que llegasen a tu cuerpo es que esas estrellas tuviesen el detalle de estallar". 

(Lawrence M. Krauss, Doctor en Física Teórica. Conferencia, 2009)

(...)

"...Cada átomo de nuestro cuerpo formó parte una vez de una estrella. Quizá no me esté marchando, quizá esté yendo a casa..." .

(Gattaca, película de 1997)

(...)

Fuentes cercanas me comunican que José Luis ha llegado triunfalmente a su destino. Desde un potente radiotelescopio se ha capturado un audio. La voz se escucha distante, entrecortada y con bastante ruido de fondo, pero hay un fragmento del audio  que se recibe de forma nítida y clara. Y dice: “(interferencias)...muy bien y en perfectas condiciones, sin deterioro ninguno. Todo ha transcurrido según lo planificado. Estoy como en casa. En excelente compañía. Podéis estar tranquilos. Ya sabéis lo mucho que os...” (interferencias, se interrumpe la señal)...

(...)

El gran Ludovico Einaudi es un compositor italiano, autor de innumerables melodías para piano. En el 2011 saltó a la popularidad mediática, por ser el compositor de la banda sonora de la película francesa “Intocable”. Una película que, por cierto, narra una historia de lucha y superación, de optimismo, de amistad... Y yo creo que José Luis tenía esas mismas virtudes y otras muchas más: su carácter afable, siempre conciliador, ese nunca querer ofender a nadie, ese saber y querer estar en cualquier evento o contratiempo, esa permanente atención por todo y por todos. Una persona que hacía familia, que disfrutaba estando rodeado de todos los suyos, como así, de hecho, quiso estarlo hasta el final. Una persona de esas que ya no se fabrican. De las que no se olvidan...

(...)

El joven que toca el piano, en la estación de tren de Nijmegen (Holanda), interpreta precisamente una melodía de este genial compositor. La particularidad de esta pieza musical, aparte de su belleza, es justamente el lugar donde la interpreta, una estación de tren, con todo lo que simboliza. A los pocos segundos de iniciarse la melodía se escucha el paso de un tren y un ruido ensordecedor enmudece, por unos instantes, el sonido del piano. Y yo creo que un tren parecido a ése es el que habrá cogido José Luis. No un tren cualquiera, lógicamente. A buen seguro habrá cogido un tren de alta velocidad. Probablemente un AVE.  Un AVE especial, con la marca “ygriega”. Un AVE... con rumbo directo hacia las estrellas!...


NOTA:
Un beso muy fuerte a todos los Durio, y en especial a Mamen. Su serenidad, su cariño y su entrega nos han eclipsado a todos. Si tuviera que equipararla con una estrella, sin duda, para mí, sería la “Alfa Centauri”. Desde la antigüedad se ha considerado como una única estrella pero si se observa con ayuda de un telescopio, en realidad, se trata de la superposición de dos estrellas brillantes de un sistema de tres. Por tanto, no es una única estrella, realmente es un sistema estelar.

La superposición de dos estrellas brillantes, sin saber a simple vista, cuál es la que brilla más. ¿Acaso no resulta paradójico?

Alfa Centauri: un sistema estelar, un equipo estelar,  o simplemente... Los Durio!!



CONTADORES Y NOMBRADORES, por Gonzalo:

Hay una raza de hombres y mujeres que se dedican a contar estrellas. Gustan especialmente de las noches sin luna, donde las estrellas lejanas son más fáciles de reconocer. Los contadores de estrellas están dispersos por todo el mundo, viven en unas extrañas casas, como gurumelos gigantes, y se comunican entre ellos en un lenguaje numérico, lleno de signos indescifrables, aunque al hablarlo suena como a poesía.

Disfrutan cuando, en una de esas noches sin luna, encuentran una nueva estrella, entonces hacen fiesta hasta el alba. Después llaman los nombradores de estrellas, y le cuentan su hallazgo. Estos curiosean en sus enormes libros un buen tiempo, hasta que encuentran un nombre que no está usado, para bautizar a la nueva estrella.

Ellos, los nombradores, no hacen fiesta. Son gente más seria. Anotan cuidadosamente el nuevo nombre, y guardan celosamente sus libros, enormes libros que pasan de generación en generación, y donde están recogidos todos los nombres de todas las estrellas que se han contado y nombrado desde que decidimos contar y nombrar las estrellas.

Nombradores y contadores tienen, también desde hace mucho tiempo, una discusión permanente. Aunque se ven con frecuencia y hablan largamente del tema, aún no han conseguido ponerse de acuerdo. De todos es sabido, no por sabiduría natural, sino porque estos extraños seres nos lo han contado una y otra vez, que cuando miramos al cielo de noche hay estrellas que, aunque las vemos, ya no están. Nos dicen (y habrá que creerlos, no es cuestión de ir allí a averiguarlo) que esas estrellas desaparecieron hace meses, quizás años, pero la luz que emitieron antes de desaparecer viaja todavía por las galaxias, y por eso podemos verla.

Y aquí viene la discusión. Porque los contadores de estrellas defienden que, mientras la luz se vea, la estrella existe. Que la luz es parte de la estrella, que su trabajo le costó emitirla, y que no es justo olvidar la estrella mientras hay un rastro de ella vagando por esas galaxias.

Pero los nombradores de estrellas, más serios, pretenden dar de baja la estrella en cuanto desaparezca. Tal vez su celo se deba a la dificultad de encontrar nuevos nombres, y a lo útil que sería disponer de todos esos nombres de estrellas que ya no están. Así que, cuando descubren alguna estrella desaparecida, acuden diligentes a sus enormes libros, y tachan el nombre con una mina negra. Claro que los contadores ponen mucho cuidado en no comunicar a los nombradores estas desapariciones, y hacen unas listas secretas que sólo conocen ellos.

Estas historias se cuentan, sobre todo, en las noches sin luna, tumbado boca arriba bajo un cielo estrellado. Y uno no puede evitar, viendo la luz mortecina de algunas estrellas, pensar que tal vez ya no esté, que tal vez desapareció hace años, aunque su luz siga viajando a través del espacio, que tal vez no hay más que una intensa luz que seguirá posándose en otras retinas, en este y otros planetas lejanos, durante mucho tiempo.

Mientras, contadores y nombradores seguirán haciendo listas secretas y tachones con la enorme mina negra. Pero, a fin de cuentas, sus discusiones nos importan poco. Porque a los que sólo tenemos nuestra ignorancia, la única verdad posible es la de nuestras retinas. Y ellas nos dicen que, allá en lo alto, en las noches hermosas sin luna, brilla la luz de una estrella.

HASTA MÁS VER, por Jose:

Aunque tuve la oportunidad de decirle cuanto quise decirle antes de que todo pasara, la sensación de estar fuera de lugar aquí, mientras él se moría me persigue por los rincones de Tailandia.

De todas maneras, os contaré que mientras él se moría, mientras Jose subía a ese tren, la casualidad (o no) me tenía y me mantenía  a muchos miles de kilómetros de distancia. E inevitablemente, ese funesto tren pasó cuando estábamos mirando un cielo increíble en una aldea remota de una tribu del norte de Tailandia, y después de varios brindis que solo tenían un destinatario.

Cuando, de cuando en cuando, nos arropa la noche en mitad de la naturaleza y nos convertimos en niños asustados ante la magnitud de las galaxias, buscamos consuelo en las certezas que nos rodean. Claro, pensamos que esas estrellas siempre están ahí, si por siempre entendemos una montaña de años que no seré capaz de abarcar. Sabemos también que nunca las vemos, ya, porque hemos decidido cambiarlas, a las estrellas, por farolas y neones y cosas peores. Cualquiera sabe para qué hemos renunciado a ver a nuestras estrellas.

Esa noche aquí, que fue tarde allí, lejos de tanto, mirando arriba vi todas las estrellas y parecían muchas. Más que nunca, tal vez porque había un sistema, Alfa Centauri, que luchaba por mantenerse así como nos han contado, unión de  dos estrellas superpuestas (en un sistema de tres) que no quieren dejar de brillar juntas. Y, ahora sé, con seguridad, las demás estrellas miraban fascinadas el espectáculo sorprendente.
No me di cuenta entonces aunque sabía sin saber, como a veces se saben las cosas, sabía, pues, que estaba pasando; pero al regresar a la cuidad de Chiang Rai y conocer (¿confirmar?) que el tren con destino a Alfa Centauri había partido, pensé que tal vez esa noche anterior (tarde allí) estaba viendo algo más que un cielo estrellado.
Sé ahora, que quizás todos los que conocimos a este hombre hecho de estrellas hayamos compartido, poéticamente, un tiempo que nos pertenecía o no, pero por el que él luchó con inusual valentía. Por su tiempo y por compartirlo con nosotros.

Leyendo, embelesado, a mi querido primo Cacallín ya no me quedaron dudas. Resolví en un momento el extraño fenómeno y comprendí que un piano, un tren, dos estrellas y una igriega, y el brillo increíble de una noche asiática, me habían permitido despedir a un héroe como los héroes merecen ser despedidos: en respetuoso silencio y mirando al cielo. Mirando el cielo.

No siempre las despedidas son tristes. A veces quien se marcha cambia el tono y permite que los adioses sean tranquilos y llenos de sincero cariño. Y después, cuando está todo dicho, sube al tren y marcha.

Con destino a Alfa Centauri. Alfa Centaury. Conigriega.

La última vez que lo vi (si excluyo la noche estrellada) le dije, algo así como, "bueno pues... Esto es una despedida de las de verdad, así que hasta..." Y no habría sabido nunca como terminar esa frase. No importó, él, mi querido tío, compañero y maestro, como siempre supo arreglar el entuerto en el que yo solito me había metido y dijo en un guiño genial: "hasta más ver". "Hasta más ver" repetí con una sonrisa enorme llena de lágrimas invisibles.

Pues eso, hasta más ver.

CRÓNICA DE SU ÚLTIMO VIAJE, por Tere

No sabemos bien cuando se empezó a gestar su último viaje...quizás algo más de 2 años...a saber...pero lo hizo en silencio...no quería dar pistas...ponía su mejor cara y cambiaba de tema...Para seguir viviendo mientras se fraguaba su gran último viaje...

Viaje que hizo rodeado de los que más quería...porque fueron siempre sus mejores compañeros de viajes...y de la vida...

Quiso viajar siempre con una compañera que le cogió la mano y no se la soltó hasta el final...y es que es una compañera excepcional...adorable.

Viaja también con 4 geniales compañeros que lo rodean...le acarician...lo miman.....lo dejan todo por estar ahí...y lo dejan porque saben que es donde quieren estar...acompañándolo en cada viaje y sobre todo en este último. 

Además hay 3.0 compañeritos que en la distancia e inocencia lo acompañan siempre de la mano… y eso si que es un gran chute de energía...

Lo más sorprendente es que no dejan de sonreír...aunque el destino del viaje ni el momento sea el deseado por ninguno de ellos...pero es que es un viaje que necesita sonrisas, apoyo y valentía...y de todo eso van sobrado los 5...ya que un gran héroe con un gran súper-poder les enseñó que eso era lo más valioso e importante de la vida...  

Como todos los viajes nunca queremos que acabe...y se aferra a que termine...y en silencio pide y lucha por un día más de viaje...y otro más...y más tiempo para disfrutar con los suyos....

Pero hay más, muchos más que quieren acompañarlo...esos 4...que desde la infancia lo vienen haciendo y siguen disfrutando de su compañía como cuando eran pequeños...y 2 más que por suerte para ellos reiniciaran sus viajes ahora en teodosielo.

Y muchos más....2.0, amigos, compañeros… todos saben que viajar con él siempre ha sido un lujazo...Y en este último no puede faltar nadie...él no quiere. Le encanta estar en buena compañía...
Son muchas las crónicas de grandes viajes las que constatan que fue feliz este viajero… feliz gracias a ella...y a ellos...y a otros muchos a los que les enseñó sus súper poderes...y les enseñó lo maravillosa que es la vida si la vives como él...con ganas, alegría y sin quejas por los contratiempos...con fuerza, ganas de luchar....con amor.

Hasta aquí llegaron sus viajes...Y eso nos apena mucho....porque realmente queremos seguir viajando con él...

Pero ya sabemos que seguiremos viajando…y tendremos que hacerlo como él lo ha hecho siempre...sin temer a nada... 

Y siempre, siempre escribiendo una bonita crónica....

Seguro que ya tiene escrita la de su último viaje.

Te querremos siempre....compañero de viaje.


YA DESPUÉS IREMOS VIENDO, por Edu:

La teoría de la Relatividad dice a muy grandes rasgos que las leyes físicas se transforman cuando se cambia el sistema de referencia. Yo no sabía que las teorías se veían, pero lo cierto es que la he visto actuar, a esta teoría, durante todo el año y sobre todo las últimas semanas. He visto cómo las dimensiones cambian, cómo el espacio y el tiempo no son absolutos, sino relativos. Cómo una distancia de diez metros se transforma en diez mil, y cómo un tiempo de cinco minutos se transforman en treinta. He visto cómo una actividad simple, rápida, se transforma en compleja y lentísima, y en definitiva he visto cómo lo habitual se transforma en imposible. Y todo por el cambio en el sistema de referencia. El mío, yo mismo, un sistema de referencia con disponibilidad de oxígeno en mis pulmones sigue respetando las leyes físicas habituales. Un segundo para el resto es más o menos un segundo para mí, un metro para el resto es más o menos un metro para mí. Aunque sea Durio y el gen Durio nos haga un poquito más lentos, lo acepto. Pero si cambiamos el sistema de referencia, y le vamos quitando capacidad pulmonar, y le ponemos toses recurrentes, y el oxígeno llega cada vez con más dificultad a la sangre y de ahí menos a los órganos, el sistema de referencia cambia, y con ello las leyes físicas. Los metros ya no son metros, ni los segundos, segundos. Ahora el metro se alarga, primero son dos, después cuatro, después dieciséis, y así en progresión geométrica cada día las distancias se van convirtiendo de cercanas a lejanas, de un pequeño paseo a un maratón. Y el tiempo, el tiempo también se alarga, en la misma o en mayor proporción. Lo que antes se tardaba un segundo ahora se tardan dos, y con el paso de las horas y los días, pasa a ser cuatro, o dieciséis, o doscientos cincuenta y seis. Lo que se hacía en cinco minutos pasan a ser treinta. La casa se hace más grande, como un campo de futbol, y ya ir a la cocina es como llegar a la otra portería.



Y todo por el oxígeno. Una partícula minúscula que es capaz de producir tanta energía para hacer tantas cosas, y que su defecto hace que ese tiempo y espacio se expanda hasta niveles infinitos. Ahora aprecio muchísimo los movimientos, los míos propios. Estoy sentado y me levanto, y no me pasa nada, y lo hago en un segundo, pero para él lo era todo, y lo hacía en minutos, con sufrimiento máximo. Es la misma cosa, levantarse, pero es distinta cosa para los dos. Yo tengo oxígeno, y él no. Puta mierda de la química, por una cosa tan pequeña. Para mí no era importante, no pensaba en ello, el oxígeno era como el agua para un pez, no me daba ni cuenta. Ya lo dijo Foster Wallace, cuando contaba el chiste de los peces, en el que un pez le pregunta a otro cómo está el agua, y el otro responde “”¿qué agua?”. Para mi padre de repente el oxígeno, esa agua para el pez, pasó a ser algo.
Yo tengo sed y cojo un vaso lo lleno de agua y lo bebo. Él no podía coger la botella y hasta sostener el vaso era un suplicio, e incluso sorber por la pajita era comparable a cuando yo salgo a correr diez kilómetros. Los centímetros se hacen inmensos, los segundos eternos. El simple hecho de respirar se vuelve un martirio, como si fuese un émbolo antiguo que no sube y baja bien, que roza por todas partes y chirría y hace que requiera un esfuerzo mayor para moverlo. Ahora sé de qué murió el rey malo de Braveheart, ese cabroncete que escuchaba de boca de Sophie Marceau que su nieto realmente no sería su nieto sino el hijo de William Wallace. ¿Os acordáis cómo sonaban sus pulmones? Pues eso es la fibrosis pulmonar. Ya no es un movimiento inconsciente, sino que requiere de toda la consciencia, de unas órdenes expresas del cerebro que le ordena a unos pulmones gamberros que se muevan como es debido. Y esos pulmones acaban moviéndose, pero produciendo un ruido incesante, una sensación de agobio extrema. Cada inspiración es un mundo, una lucha continua contra lo imposible. Pues imposible se vuelve una palabra cada vez más cercana. Como cuando en una carretera recta es ya visible al fondo una gasolinera. Como esa carretera recta de Tarifa en la que unos días antes de su boda estuvo a punto de dejarse la vida y estas palabras nunca habrían sido escritas. Pues así va estando la palabra “imposible” cada vez más cerca. Era posible pasear, hasta que fue imposible; era posible hacer labores de casa, hasta que fue imposible; era posible hablar sin toser ni ahogarse, hasta que fue imposible; era posible comer con regularidad y ganas y sin problemas de atragantamiento, hasta que fue imposible; era posible sorber por una cañita, hasta que fue imposible. Ha sido una batalla descompensada entre él e Imposible.  Mientras observo cómo se expande tan poco su pecho con cada respiración y soy consciente de cómo ese puto Imposible va adueñándose de él, recuerdo que esos mismos pulmones le hicieron moverse con rapidez y sin descanso a recoger la mesa y fregar los platos, a tender, a ordenar la casa, a preparar viajes, a ir, en ellos, de aquí para allá, un museo, una estación, un tren, un hotel, un paisaje, un monumento, vamos que no llegamos, corred que cierran, tanto cuando todo era en blanco y negro como en color. A tener miles de motivaciones y proyectos siempre con nosotros. En definitiva a estar en TODO y CON TODOS.

  

Lo Imposible terminó con eso. Lo Imposible es muy poderoso, es tremendamente fuerte, y mi papá no pudo, ni sólo ni con nuestra ayuda, vencer al gigante. No pudo frenar la expropiación injusta de sus cuatro dimensiones, haciéndoselas inabarcables. Anchura, altura, profundidad y tiempo, todo se alargó, de todas se adueñó lo Imposible.
Y la situación se complica ahora con un nuevo factor que entra en juego, la Pena. La Penita de ver cómo eso ocurría, cómo no se podía hacer nada. El oxígeno deja de inundar sus pulmones, las fuerzas decaen, las dimensiones se hacen más grandes y la Pena aumenta hasta niveles estratosféricos. Esa Pena te hace pensar cosas absurdas. “Puto Imposible, ven a mí, enfréntate conmigo y deja a mi padre en paz, cobarde. Ven aquí que te vas a enterar de lo que vale un peine”. Cosas en las que, dentro de la absurdidad, incluyo algo de coherencia: “Quizás necesite ayuda cuando tenga delante a lo Imposible. Bueno, yo lo cojo por detrás, le agarro por los brazos y le digo a mis hermanos que le peguen con todas sus fuerzas en el estómago. Como parece muy fuerte se lo diré también a mis primos. Como creo que el cabrón es fortísimo, se lo diré a todos mis amigos. Pegad fuerte, tumbémoslo. Venga, al carajo, Imposible”. Y en eso pienso cuando miro de reojo hacia atrás en el funeral. “Con toda esta gente habríamos podido ganarle, lástima que no se me ocurriera antes”. Pero ante todas estas absurdeces hay una única pregunta que hace que se adueñe del cerebro. Esa pregunta lleva repitiéndose desde hace dos años sólo que ahora se ha transformado, como decía la Relatividad al cambiar el sistema de referencia, pasando de “¿qué pasará cuando?” al “¿y ahora qué?”.  
Y ahora qué.
Yo he hablado con ella, con la Pena, la única que queda tras le victoria de lo Imposible, y he calculado que sólo tendrán que pasar 50 millones de años hasta que logre superarla, así que nos hemos dado la mano como si hubiésemos cerrado un pacto. Durante todo ese tiempo te mantendré, papá, en mi cabeza. Seguiré esa dirección que nos señalas. Ya después iremos viendo.







*     

       PESADILLA, por Popi:

     estos dias que han pasado tenia la esperanza de que fueran fruto de una cruel pesadilla... confiaba despertarme de repente envuelto en un frío sudor y sobresaltando de la cama de un agudo grito a Cristina... sin embargo cada vez me era más dificil creer firmemente en ello... pues en los sueños las figuras, el espacio, y el tiempo se distorsionan... en cambio yo seguía recordando impepinablemente escenas en esa habitación 613, anterior 617... y veía a un trío de 1.0 pegados a un minúsculo sofá, o a las Mari Pazes llegando las primeras a la hora del desayuno a acompañar a nuestro héroe... o a mis 2 primo-primos discretamente situados en la esquina de la habitacion, y escuchaba el elevado tono de voz de mi prima mari contando alguna novelita, y oía historias de la familia de boca del tio ricardo.... y recuerdo perfectamente las caras, gestos, risas, y palabras de todos y cada uno q abarrotabais la 613... y veia la cara de disfrute de papá, que a pesar de que conocía perfectamente donde conducia su sino, reía, hablaba, bromeaba, y discutia (sobre todo con tio salva) gracias a vuestra continua compañia y cariño... y entonces me fui dando cuenta de que no estaba viviendo una pesadilla... sino el final de un maravilloso cuento hecho vida de una persona única, un héroe indiscutible, que tuve la inmensa suerte de tener cerquísima durante más de 42 años... gracias inmensas a tod@s por acernos pasar estre trance mucho mas llevadero... todas las noches papá nos despedía diciendo "mejor compañía no hay..."... y qué razón tiene... os quiero, mis queridisimos ygriegas!!!!

     Ya estamos tardando en organizar una parodyada veraniega en honor de otro insigne 1.0 que se nos marcha...

    Como decía prima Maca, menuda alegría tendrá en Teodosielo la tía Nena... que ya tiene a su hermanísimo en su sillita de al lado...
     HÉROE, por Willy
      Hermano, no has podido describir mejor estos 7 dias. Ahora pensaba que han sido dias duros, muy duros, para todos nosotros, pero sobre todo para el, viendo que cada dia era mayor su deterioro (palabra que le gustaba mucho a el). Sin embargo me quedo con eso que cuentas, popi. Ha sido una semana muy bonita, preciosa, maravillosa, cómo se emocionaba con cada visita para pasar inmediatamente al charloteo y el buen rollo; qué bien nos han atendido el personal de paliativos; que buenos picnic hemos echao; qué de abrazos y besos se han repartido en la 617 y 613.

     Como bien dijo mi padre, con esta compañia es dificil deprimirse. Sigamos asi!!!! Que orgulloso estoy de ser parody y conigriega. Gracias gracias gracias!!!

   Y como dice la cancion: ...por siempre...seras...MI HEROE!!!!

    Y otra cosa q tb vi perfectamente y que no podria ser parte de ninguna pesadilla son dos manos eternamente unidas la una a la otra, en continuo vaiven a la mejilla de uno o a los labios de otra... dos manos que hablan de un amor imperecedero entre un Héroe y una Heroína que para si quisieran Batman y Catwoman....
 
    Te quiero mucho, mamá!!!😘😘

       NO TE HABRÉ DICHO, por Jose:





 
Design by Pocket Blogger Templates